Como un aviso de que se acerca la primavera podemos disfrutar en nuestros campos de uno de los espectáculos más maravillosos de la naturaleza: la floración de los almendros.
Sus hermosas y abundantes flores aparecen antes que las hojas, cuando los árboles están desnudos y son el mejor vestido que pueden tener, flores en tonos blancos, a veces con el interior rojizo, rosas o asalmonados, según las distintas variedades. El polen y el néctar son un alimento muy buscado por las abejas después de pasar las privaciones del invierno y así empezar a recolectar la miel de la temporada.
Nuestros almendros están en fincas cercanas a los olivos arbequinos que todavía no florecen hasta más avanzada la primavera. A veces están en los mismos campos alternando los árboles y son una muestra del paisaje tradicional de las zonas mediterráneas.
Las heladas tardías a veces comprometen la cosecha de las variedades tradicionales de nuestra zona: llargueta, marcona y común y se van combinando con otros almendros de floración más tardía para tener una cosecha más segura.
Los almendros en flor han sido fuente de inspiración de pintores y fotógrafos y son muchas las leyendas de distintas culturas que desde la antigüedad nos hablan de que representan la esperanza y el despertar de la vida. La lluvia de pétalos en días ventosos nos recuerda los suaves copos de nieve y deja el suelo de nuestros campos con un manto blanco. Se cree que fueron introducidos en nuestro país por los fenicios, formando parte del recetario de la España musulmana y sus orígenes de hallan en la antigua Persia, donde ya se cultivaban hace 5.000 años.
Son árboles muy resistentes, crecen el suelos calizos y pedregosos donde no resistirían otras especies, soportando las sequías y regalándonos sus preciados frutos: las almendras, que es uno de los alimentos más saludables que existen.
De los almendros se aprovecha todo, la leña es de muy buena calidad y un buen combustible para hornos y calderas de calefacción, los brotes y residuos de la poda son un excelente forraje para conejos, cabras y ovejas. También tienen este uso la parte exterior de sus frutos y las cáscaras son un recurso para calentar estufas.
Las almendras, tanto crudas como tostadas, son un alimento de primer orden, sirven para elaborar la leche de almendras, un excelente sustituto en dietas veganas y son la base de innumerables recetas y postres como el mazapán, la tarta de Santiago, los panellets tradicionales de Cataluña y todo tipo de turrones. Son un alimento energético ideal para niños y deportistas, buenas para el corazón, protegen las arterias gracias a sus ácidos grasos y los aminoácidos que contienen. También son ricas en minerales como el calcio, fósforo y magnesio, tan necesarios para nuestros huesos, tienen zinc que ayuda a combatir la fatiga y aumentar las defensas y vitaminas A y E que ayudan a desintoxicar el organismo y prevenir enfermedades degenerativas.
En nuestro pueblo L’Espluga Calba de la comarca de Les Garrigues hay una gran tradición de cultivar almendros y olivos, pueden visitar nuestra Cooperativa Espluguense, degustar nuestro aceite de oliva virgen extra de olivas arbequinas y pasear por los campos de almendros y olivos disfrutando de su paisaje con aires primaverales.